"Sinforoso –tal es su nombre propio- parece un perro como cualquier
otro, de esos hijos de la calle, que vive en un polvoriento pueblito de
Zacatecas, pero que igualmente podría ser cualquier otro.
Sin embargo, el perro Sinforoso es auténtica y definitivamente
distinto a todos los demás. Su fama ha cruzado los umbrales del poblado
y se ha vuelto una leyenda, a pesar de no tener ni puta idea de lo que
es un pedigree o haber probado jamás un plato de croquetas campeón. Es, como diríamos, un perro chingón.
Cuando el calor del día es más intenso que nunca, cuando la tierra
se pega al cuerpo con el infalible adhesivo del sudor, cuando dejas
caer una gota de agua y desparece, tragada la mitad por la aridez del
suelo y la otra mitad por el viento sediento, Sinforoso no pasa
preocupaciones. Lo encuentras echado al cobijo de cualquier sombra, si
la hay, o a media calle, haciendo de glorieta Minerva.
Vienen las camionetas seguidas por una nube de polvo y él no se
inmuta. Levanta la ceja para ver con desprecio al montón de perros
comunes (la perrada, pues) que le ladran con insistencia a las llantas
del vehículo, desde hace doscientos metros, haciendo un escándalo de
los mil demonios. La camioneta se estaciona y los demás perros se van a
buscar otra, para corretearla con la lengua de fuera, sudorosos y
jodidos, así durante todo el día.
Sinforoso sigue echando su siesta. Lejos está de saber que ha inspirado
en los humanos “la siesta del perro” que es aquella que uno se toma
valiéndole madre* el calor, el trabajo, el lugar y la hora. Como aquél
que despierta con una tremenda cruda, va y pasa lista a la escuela o
checa su tarjeta de trabajo y a la primera oportunidad se escapa a tirar
coyotita en cualquier parte: a tomar la siesta del perro."
Texto completo en el blog de Alejandro García Macías: Los zombis unidos jamás serán vendidos
*Importándole un carajo
NOTA DE LA EDITORA: El de la foto no es Sinforoso pero es muy probable que sea uno de sus hijos o nietos que ha llegado hasta Mar del Plata vaya una a saber cómo. Hay quienes dicen haberlo visto en Ezeiza descendiendo de un avión de Mexicana de Aviación, otros que de Aeroméxico. Turistas peruanos aseguran haber disfrutado de su compañía en algún vuelo de Taca, pero lo más probable es que haya llegado caminado desde de único gran país del norte siguiendo el rastro de una cuzquita que había escapado de las garras de su progenitor.
*Importándole un carajo
NOTA DE LA EDITORA: El de la foto no es Sinforoso pero es muy probable que sea uno de sus hijos o nietos que ha llegado hasta Mar del Plata vaya una a saber cómo. Hay quienes dicen haberlo visto en Ezeiza descendiendo de un avión de Mexicana de Aviación, otros que de Aeroméxico. Turistas peruanos aseguran haber disfrutado de su compañía en algún vuelo de Taca, pero lo más probable es que haya llegado caminado desde de único gran país del norte siguiendo el rastro de una cuzquita que había escapado de las garras de su progenitor.